Debido a la coyuntura económica, parece que las constructoras han aprendido la lección y han modernizado el proceso de compra de una vivienda hasta el punto de ofrecer servicios adicionales tras la venta.
La postventa inmobiliaria, concepto ya en uso en otros países europeos pero de reciente llegada al nuestro, viene a ser uno de estos servicios adicionales.
Llegado el momento de explorar la vivienda por primera vez es común encontrar pequeños desperfectos ocasionados durante la obra, como pueden ser ventanas sucias, manchas en las paredes o algún cable sin disimular. Hasta ahora, era el dueño de la vivienda el encargado de iniciar un largo y costoso proceso para solucionar tales trabas. En la actualidad, es el servicio de postventa inmobiliaria el que se encarga de este proceso, agilizándolo y adelantando la llegada de los operarios. De esta forma, el comprador ahorra tiempo y esfuerzo y gana en satisfacción. Y, del mismo modo, la postventa inmobiliaria beneficia a las constructoras descargándolas de tener que solucionar los problemas a los que antes me refería y permitiendo que empleen sus recursos humanos en actividades más provechosas.
Aunque las ventajas de la postventa inmobiliaria parecen evidentes, todavía en España no disfrutamos de este servicio de forma extendida. Sabemos de la existencia de
Brick O´Clock, del grupo
Avintia, pionera en este servicio, pero poco más. Si este concepto tiene tantas ventajas como parece, es de suponer que durante los próximos meses constructoras e inmobiliarias se muestren interesadas en ofrecer la postventa como incentivo para reactivar el mercado de la vivienda.