Desde un tiempo a esta parte, todo aquel que disponemos de pequeñas webs locales sobre arrendamientos de vacaciones, estamos siendo arrollados literalmente por las grandes compañías del sector. Es parecido a lo que ocurre con los grandes almacenes franceses (todos tenemos en mente algunos) y los pequeñas tiendas de barrio. Un tendero, como es mi caso, no puede atender en Zahara de los Atunes a un gigante como es internet para escalar posiciones, frente a los miles de niños diligentes de la gran superficie con cientos de ojos y manos. Un saludo para los tenderos de barrio
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